El otro día estuve leyendo algo que me dejó pensando 🤯: los colores no solo hacen que un espacio se vea bonito, ¡sino que pueden influir en el estado de ánimo y desarrollo de los niños! Y cuando lo piensas, tiene todo el sentido.
✨ Colores cálidos (Amarillo y Naranja): transmiten felicidad y energía. El amarillo 💛 está vinculado con la creatividad y el aprendizaje, ideal para rincones de juego o estudio. Pero ojo 👀, en exceso puede volverse agobiante.
🔥 Rojo: es un color estimulante y lleno de energía ❤️. Llama la atención (por eso se usa en señales y publicidad), pero si se usa demasiado, puede generar ansiedad o irritabilidad en niños más sensibles. Mejor usarlo en detalles pequeños 😉.
🌊 Azul y Verde: son colores relajantes. El azul 💙 ayuda a reducir el estrés y mejora la concentración (perfecto para el área de estudio 📖). El verde 💚 está asociado con la calma y el equilibrio, e incluso puede mejorar la comprensión lectora.
🎨 Neutros y Pasteles: ideales para ambientes tranquilos y acogedores. Los tonos beige, blancos y grises crean equilibrio y permiten jugar con acentos de color. Si buscas un espacio relajante para dormir 🛏️, estos tonos son una gran opción.
👶 Dato curioso: Los bebés perciben mejor los contrastes fuertes ⚫⚪ (como blanco y negro), mientras que los niños más grandes desarrollan sus preferencias de color según sus experiencias y emociones.
🔹 Algunos tips para aplicar en casa 🔹
✅ Para un espacio de juego o estudio: usa tonos cálidos en detalles (cojines, cuadros, juguetes) para estimular la creatividad 🖍️.
✅ Para la habitación: elige colores suaves o fríos, como azul o verde, para fomentar la calma y el descanso 🌿.
✅ Para niños con mucha energía ⚡: evita el exceso de rojo y amarillo si notas que les cuesta relajarse.
✅ Si buscas equilibrio: mezcla tonos neutros con acentos de color para armonizar el ambiente 🎨.
Así que si alguna vez has notado que tu peque está más inquieto o tranquilo en ciertos espacios, puede que los colores tengan algo que ver 🤔.